Sábado, 11 de diciembre de 2021
¿Qué sabemos de los anticuerpos tras la infección por SARS-CoV-2? Un estudio en la población catalana
Este texto ha sido escrito en el Blog de ISGlobal por Marianna Karachaliou, Gemma Moncunill, Assistant Research Professor, Carlota Dobaño, jefa del Grupo de Inmunología de la Malaria de ISGlobal, y Manolis Kogevinas, Director científico de la distinción Severo Ochoa en ISGlobal
Si pasas la COVID-19, ¿cuánto tiempo estarás protegido de una reinfección? ¿Están respondiendo de la misma manera los niños y niñas, y sus padres y madres a la infección por SARS-CoV-2? ¿La respuesta inmunitaria es diferente en quienes padecen una enfermedad grave que en quienes tienen infecciones asintomáticas? ¿Y es diferente en las personas que fuman y las que no? ¿O en personas con obesidad y personas con un peso normal? Estas son algunas de las cuestiones que abordamos en el gran estudio prospectivo epidemiológico de COVICAT en Cataluña.
Nuestro cuerpo tiene la habilidad de desarrollar una poderosa inmunidad específica contra los patógenos, que puede durar un largo periodo de tiempo. Esto es así por los anticuerpos y linfocitos, que bloquean, atacan y destruyen al microorganismo invasor. Esta clase de respuestas se dan también en la infección por SARS-CoV-2. Los anticuerpos no son de un solo tipo. Pueden dirigirse a diferentes partes del virus (por ejemplo, a la proteína Spike, que es el objetivo de las vacunas actualmente administradas en Cataluña) y pueden desempeñar diferentes funciones en nuestro cuerpo (por ejemplo, los anticuerpos IgA, presentes en las mucosas, previenen la entrada de patógenos en la circulación).
En las muestras de sangre de los participantes catalanes del gran estudio COVICAT se evaluó un gran número de diferentes anticuerpos producidos por nuestro cuerpo contra el SARS-CoV-2
En las muestras de sangre de los participantes catalanes del gran estudio COVICAT se evaluó un gran número de diferentes anticuerpos producidos por nuestro cuerpo contra el SARS-CoV-2. COVICAT se desarrolló poco después de que empezara la pandemia y se llevó a cabo con 10.000 personas voluntarias que ya formaban parte de diferentes cohortes. Este proyecto es una colaboración entre el GCAT Genomes for Life Project del Instituto de Investigación Germans Trias y Pujol (IGTP) y dos grupos de investigación de ISGlobal (epidemiología e inmunología). Además de aportar una muestra de sangre, los participantes completaron un cuestionario digital sobre diferentes aspectos de su vida durante el confinamiento y tras él. De cada persona, ya se disponía de datos previos a la pandemia (datos genéticos, historia médica, estilo de vida, etc.), que proporcionaron un valor añadido clave al estudio epidemiológico.
Usamos los resultados de las pruebas de anticuerpos y las características de los participantes de nuestro estudio para estimar que cerca del 15% de la población adulta de Cataluña se había infectado con el SARS-CoV-2 a principios del otoño de 2020. Este porcentaje era muy superior al de otros estudios llevados a cabo sobre la región. Creemos que la razón es que nuestra prueba de anticuerpos ampliada detectaba mejor las infecciones anteriores de COVID-19. Por ejemplo, aproximadamente 4 de cada 10 personas infectadas no señalaron haber tenido síntomas en los meses previos, y muchas personas infectadas desarrollaron anticuerpos específicos de un tipo (por ejemplo, IgA). Estas infecciones hubieran sido indetectables en otras pruebas serológicas.
Usamos los resultados de las pruebas de anticuerpos y las características de los participantes de nuestro estudio para estimar que cerca del 15% de la población adulta de Cataluña se había infectado con el SARS-CoV-2 a principios del otoño de 2020
En las personas infectadas, los anticuerpos persistieron hasta nueve meses después de la infección, que fue el periodo de seguimiento más largo del estudio. Aparte de determinar la presencia de anticuerpos como indicador de una infección previa, también examinamos los tipos de anticuerpos que las personas habían desarrollado, para entender mejor qué es lo que sucede. Vimos que las personas adultas que habían experimentado una infección más grave (habían sido ingresados en un hospital o en una unidad de cuidados intensivos) presentaban respuestas más sólidas y ricas, incluso mucho después de la infección. También evaluamos si el estilo de vida y los factores individuales estaban asociados con la manera en que la persona respondía a la infección. Encontramos que las personas fumadoras mostraban respuestas de anticuerpos más débiles tras la infección por COVID-19. Este fue un hallazgo muy constante incluso después de tener en cuenta la gravedad de la infección, la edad y el sexo de la persona. Por ello especulamos que la mayor morbilidad de COVID-19 entre las personas fumadoras puede deberse a una inmunidad debilitada, como se refleja en estos niveles más bajos de anticuerpos. Pero necesitamos más estudios para confirmarlo.
Vimos que los adultos que habían experimentado una infección más grave (habían sido ingresados en un hospital o en una unidad de cuidados intensivos) presentaban respuestas más sólidas y ricas, incluso mucho después de la infección
COVICAT también examinó las diferencias en la forma en que los niños y niñas responden al virus comparada con la de las personas adultas. Contactamos con 260 familias de la cohorte maternoinfantil INMA -Infancia y Medio Ambiente de Sabadell y hallamos que, dentro de una familia, los y las adolescentes tenían menos probabilidades de infectarse que sus padres. También, que los adolescentes producían sobre todo anticuerpos IgG contra la proteína Spike del SARS-CoV-2 pero carecían de respuestas antinucleocápsidas, algo que podría indicar una infección menos extendida.
El seguimiento de la población del estudio aún sigue en marcha y nos permitirá conocer cuánto dura la inmunidad. También podremos compartir pronto resultados relacionados con la infección por nuevas variantes del virus, así como con la protección que confieren las vacunas COVID-19.